El cometa ISON

Seguro que este nombre ya ha llegado a vuestros oídos. Del cometa C/2012 S1 (ISON) se han dicho ya muchas cosas: cometa del siglo, que será más brillante que la Luna Llena, un espectáculo, etc; incluso acabo de comprobar que algunos afirman que son naves extraterrestres. Ya estaban tardando. Ni me sorprende ni me espanto, porque uno ya está acostumbrado a que algunos medios de comunicación interpreten a su modo las noticias científicas, y que a veces prefieran no entender una palabra (o dos) para darle al asunto el toque espectacular y grandilocuente que -dicen ellos- gusta a las "audiencias". El problema es que cuando les da por redoblar campanas lo hacen con tal entusiasmo y generan tales expectativas que el fiasco posterior suele ser estrepitoso. Y esto ocurre especialmente con los eventos astronómicos, sean lluvias de estrellas, cometas, previsiones de actividad solar o conjunciones. El mencionado cometa no iba a ser menos. 

Este cometa fue descubierto en un observatorio ruso de la red ISON (International Scientific Optical Network) y de su estudio preliminar surgieron algunas conclusiones que apuntaban a que podría convertirse en un astro bastante brillante en su acercamiento al Sol. Se encontraba por entonces (septiembre de 2012) a más de 6 unidades astronómicas (seis veces la distancia de la Tierra al Sol) y mostraba un brillo de magnitud 18, que es 100.000 veces menos que la estrella más débil que podemos apreciar a ojo desnudo, pero bastante para un cometa a esa distancia. El cálculo de su órbita anticipaba que pasaría muy cerca del Sol (a 1,2 millones de kilómetros) el 28 de noviembre de 2013. Además en poco tiempo el cometa aumentó de brillo a un ritmo superior al habitual en estos cuerpos, y de las primeras curvas de luz (gráficos de previsión de la luminosidad del cometa) se llegó a prever un objeto extraordinariamente brillante para final de 2013. A partir de estas previsiones iniciales saltó la noticia: el cometa del siglo... qué digo del siglo, ¡del milenio!


Desde el primer momento los astrónomos advirtieron que esos datos había que tomarlos con mucha cautela, pues son previsiones que pueden fallar. Además también se llegó a la conclusión de que el cometa sigue una trayectoria abierta (no elíptica, sino parabólica) que indica que puede tratarse de un cuerpo recién expulsado de la Nube de Oort y que por tanto penetra por primera vez en el Sistema Solar interno. Esta característica lo hace aún más imprevisible. Mientras el brillo del cometa seguía aumentando a buen ritmo algunos advertían que podía deberse a la sublimación de una capa superficial de hielos muy volátiles (de la que otros cometas que ya han pasado cerca del Sol carecen), y que por tanto esa evolución tan prometedora podía ser engañosa. Recordemos que los cometas son cuerpos formados por una mezcla de hielo y roca procedentes de los confines de nuestro Sistema y que presentan unas órbitas muy excéntricas. Cada vez que se acercan al Sol la sublimación del hielo y la expulsión de material forman la cabellera y colas características, cuyo tamaño y brillo están en función de su actividad, y ésta de la cantidad y naturaleza de sus materiales volátiles. Esta información no podemos conocerla hasta que el cometa está lo suficientemente cerca del Sol como para mostrar una actividad observable, o bien porque se trate de un cometa periódico que ya ha pasado por nuestras inmediaciones. 

Curva de luz y observaciones de brillo del cometa ISON (fuente: LIADA)

Desde su descubrimiento hasta enero de 2013 el cometa aumentó de brillo a buen ritmo hasta la magnitud 16, pero a partir de ese momento permaneció estancado, lo que da credibilidad a la hipótesis de que el brillo observado se debe a la citada sublimación de una capa superficial. Durante marzo, abril y mayo su brillo se mantuvo en unas 15 magnitudes, lo que indicaba una actividad escasa e incluso decreciente a pesar de seguir acercándose. A partir de esta fecha la observación del cometa fue obstaculizada por la cercanía del Sol en el cielo y no se han hecho nuevas observaciones hasta agosto. Es precisamente a partir de septiembre cuando el ISON debería mostrar un aumento mayor de brillo por su progresiva aproximación, y para que pueda llegar a ser destacado debería estar por debajo de magnitud 13 e incrementar notablemente su brillo. Según la información consultada parece que aún presenta un brillo inferior al esperado, de modo que en el mejor de los casos -de seguir esta evolución- podría llegar a la magnitud -5 en el perihelio, muy lejos de las previsiones iniciales. En caso de que sobreviva al acercamiento al Sol (y si no se desintegra mucho antes), se alejaría de éste hacia la constelación de Hércules en diciembre y por la zona circumpolar a comienzos de 2014, de modo que si conserva para entonces cierta actividad y brillo podría ser visible en buenas condiciones, al menos con prismáticos.

Mientras estaremos pendientes de su evolución, pero muy probablemente no cumplirá ni de lejos las expectativas que se están generando.

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